anterior    aleatorio / random   autor / author   inicio / home   siguiente / next

      MISTERIO

Recuerdo todavía el misterio que envolvían sus ojos, tranquilos y serenos, llenos de experiencia de la vida, cuyo color intenso y claro, dejaba traslucir unas batallas silenciosas reñidas con intensidad, pero ganadas, de ahí quizás la fuerza en su mirada.

Recuerdo cuando el sol brillaba intensamente y lo miraba de frente; como un relámpago que ciega por su rapidez, o quizás como un caballo desbocado en búsqueda de libertad, no podía resistir el brillo de sus ojos, de aquella mirada amante y cómplice, deseosa de juego e incitando a la acción.

Esa mirada escrutadora, que parecía leer hasta los secretos más recónditos del alma, no dejando ningún rincón ni jardín prohibido sin abrir, como un abrecartas, haciendo a veces daño si daba de refilón.

Recuerdo igualmente que cuando no miraba era aún más peligroso, pues no sabías si era por tu culpa o porque estaba divagando en otro asunto importante, pero me molestaba el no poder enfrentar esa mirada, aunque hiciera daño, aunque sufriera, pero la deseaba ardientemente.

Recuerdo en el crepúsculo nocturno, cuando en el color de esa mirada también anochecía, quizás con tonos grises entre el azul diurno, no dejaba de señalar un brillo especial, un deseo intenso de ofrecer reposo al alma cansada del día y un oasis en medio del desierto.

Recuerdo una vez, o quizás fue más de una, una lágrima salada con sabor a ingratitud, salió triste de sus ojos, al reconocer su impotencia por no poder ganarme con amor y perder de vista la fascinación continua de su mirada. Oh, cuán duro fue reconocer la equivocación y mirarlo de frente otra vez. Pero no había reproches, no había malos pensamientos, no había malas palabras, no había rencor en su mirada, sólo una tristeza tan profunda, que yo misma no podía soportarla sin llorar.

También recuerdo los buenos tiempos, cuando sólo había fascinación en aquella mirada, cuando todo era alegría y deseo de permanecer siempre bajo esa protección.

Pero pasó el tiempo, y con el tiempo, llegó el deseo de mirar otras cosas, por ver si entre tanto mirada, encontraba otra más interesante, sin éxito alguno. Sí, haber, había miradas de otros colores, con otros sueños, con otros desengaños, pero llenas de recelos, de desconfianza, de falta de paz. Oh, deseaba volver a recrearme en la mirada.

Ahora que no está, recuerdo la mirada de sus ojos; toda la expresividad del alma asomando a esas dos ventanas de color; el brillo incondicional y permanente del que siempre ama sin pedir; su mirada me acompañará hasta el encuentro final, cuando lo reconoceré, sabré que entre diez mil, es él, guardando todavía el misterio que me fascinará incluso en el más allá.

María Dolores Ouro Agromartín


subir   poema aleatorio   María Dolores Ouro Agromartín   siguiente / next   anterior / previous