GRAN VÍA
(o el paseo ciudadano)
El paseo tiene guirnaldas en los ojos
y un aroma de incienso en los tobillos,
las máscaras gritan
su carnaval de piedra en las paredes
e interrumpen la oración de los ancianos,
hay flores que derriten el Sol en las ventanas
y recipientes que guardan arena milenaria,
hay locos, artistas, bufones grotescos
y un saltimbanqui con cara de perro.
El paseo cuenta sus chismes de matrona
mientras cuelgan faroles que tiemblan de frío,
luce la muerte anual en sus cabellos
y una peluca en la noche de su calva.
El paseo duerme con sus galas de fiesta
acariciando el silencio que cuelga
en los balcones,
y cuando su piel se queda desnuda,
cuando la Luna le devuelve su nombre,
piensa en lo lejano
que queda todavía el mes de Octubre.
Joaquín Pintael Martínez