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        TLATELOLCO EN 1521 Y 1968

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                  (Alguien)

Mañana hace mucho tiempo
oiré olvido y celebraba míos
para saberlo alguien que transita
inventando un destino.
Esto no es incoherente, como puede creerse.
Es un pueblo, digamos, ya que el bosque es más fuerte
que los rayos y el hacha.

En cualquier momento, no será extraño,
de aquí en adelante la ira,
el llanto, la indignación, la fiesta,
dirán: «mírenlos», indicarán: «son ellos».
De cada frente estudiantil que sangre
irrumpirá el fulgor de los que nada tienen,
y no serán perdidos de vista
porque tienen su edad hasta este punto
que son los desollados
que buscan su piel bajo la luz
de un rostro semejante.
                                      Yo
vagué por la Calzada de los Muertos
sobre un pueblo petrificado.
De pronto aquellas piedras
que mañana hace tiempo,
con hectáreas de cólera movieron
el horizonte.

                                        Hoy
vivo en las imágenes del día
y en el fruto que forman el espejo y la niebla.
Todo anda, repta, vuela,
el corazón es pez a la deriva
y el mismo paralítico desplegará sus alas.
¿Qué importan las granadas de gas
al borde del estruendo en las manos rapaces?
Ah, soldados, granaderos, hermanos inmundos
si fueran distintos en un país distinto
en donde la pobreza
afinada como un instrumento peligroso
no los hiciera doblemente abyectos.
Ay,
pueblo aturdido con discursos disecados
como pájaros muertos.
tu llanto no es el mismo de otros siglos,
es llanto de gases lacrimógenos
(industrial y en conserva).
Y los que han concebido la inquietud en sueños
cuando amanece cumplen
con el Poder entre sus manos
TRAS-TRAS-TRAS-CLIC-CLIC-BLAM

Oh patria,
fosa común
donde estamos con la mitad del cuerpo adentro,1
la otra mitad se ha puesto a caminar
con el verano de las llamas.
Todos estamos sujetos a investigación.
La sombra da la misma piel a cualquier muro.
                                                        Sin embargo, 2

yo deletreo la luz si encuentro la mirada
no en el temblor del sueño, sino en el que despierta.
¿Y si después de todo, mexicano? ¿Qué de qué?
La esperanza es pesada si su lecho es de muertos
que quisieron,  un día, volcar soles
sobre nuestros párpados

                                    (continúa en el poema 10)

autógrafo

Juan Bañuelos


1 Otra versión de este verso:       donde estamos con la mitad del cuerpo abierto,

2 Otra versión de este verso:       Por tanto,


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