Francisco de Figueroa (1530-1588)



Menú de poemas por TÍTULO y primer verso



Fernando de Herrera autores San Juan de la Cruz




A la sombra de un olmo, al nuevo día

Alma real, milagro de natura

Apenas fui de mi niñez salido

Así va el mundo: yo esperé escaparme

Ay de cuán ricas esperanzas vengo

Ay esperanza lisonjera y vana

¡Ay suspiros, ay lágrimas del fiero

Bien presto helaste, ¡ay fortuna fiera!

Bien pudiste llevar, rabioso viento

Bien puede la fortuna de mi vida

Bien puede revolver seguro el cielo

Bien puedes tú, Fileno, alegre y ledo

Bien te miro correr, tiempo ligero

Blanco marfil en ébano entallado

Breves pasos, que al pie flaco y cansado

CANCIÓN I

CANCIÓN II

CANCIÓN III

Cerca del muro, que regó primero

Como acaece a aquél, que luengamente

Cortó amor la raíz de mi contento

Crezca con el licor del llanto mío

¿Cuál idea o colores

Cuando esperaba el corazón y ardía

Cuando los ojos del mejor sentido

Cuando Tirsi siguiere otra Pastora

Cuitada navecilla

De paso en paso injusto amor me lleva

Deja, Fili, gozar un poco al prado

Déjame en paz, amor: ya te di el fruto

Dime, Fili, así amor dure en el pecho

ÉGLOGA PASTORAL

El hermoso pastor, que las tres Diosas

ELEGÍA I

ELEGÍA II

ELEGÍA III

ELEGÍA IV

ELEGÍA V

ELEGÍA VI

En esta tierra estéril y desierta

En torno ciñe el mar pequeña roca

En una selva al asomar del día

En uno de los montes Ossa o Pelio

Entre doradas flores

EPITAFIO

EPITAFIO A LA MUERTE DE TIRSI

ESTANCIAS

Estos, y bien serán pasos cuitados

Fiero dolor, que alegre alma y segura

Fili, bien debe en la miseria y pena

Fili, yo llamo en testimonio al cielo

Gasto mis pasos y mis tristes días

GLOSA

GLOSA EN LIRAS

Hasta aquí percibió, quien pudo, atento

¿Hay quien quiera comprar nueve doncellas

Hay tanto que temer, do no hay ventura

Hermosos ojos donde amor se anida

Iba encendida en amoroso celo

Ilustre alma, gentil lumbre del cielo

Ingrata Fili, en cuyo pecho había

Ingrato sol, que grave y enojoso

La amarillez y la flaqueza mía

Lágrimas que salís regando el seno

Las lágrimas, amor, dulces y amargas

Lauro, que en la rivera deleitosa

MADRIGAL

Mi esperanza y deseo combatían

Montano che nel sacro, e chiaro monte

Musas, que en Helicón monte Sagrado

Ocio manso del alma, sosegado

¡Oh del árbol más alto y más hermoso

Oh espíritu sutil, dulce y ardiente

Oh tú, que desde mi niñez tuviste

Ojos, ¿que miraréis? ¡Ay ojos tristes!

Partiendo de la luz, donde solía

Paso en fiero dolor llorando el día

Perdido ando, señora, entre la gente

Pienso, y encuentra el pensamiento en cosas

Sale la Aurora de su fértil manto

SESTINAS

Si del amargo intenso pensamiento

Si el amor al pasar del río Letheo

Si el pie moví jamás, o el pensamiento

Sobre nevados riscos levantado

Sol, si a do quier que vas llevas el día

SONETO I

SONETO II

SONETO III

SONETO IV

SONETO V

SONETO VI

SONETO VII

SONETO VIII

SONETO IX

SONETO X

SONETO XI

SONETO XII

SONETO XIII

SONETO XIV

SONETO XV

SONETO XVI

SONETO XVII

SONETO XVII

SONETO XVIII

SONETO XIX

SONETO XX

SONETO XXI

SONETO XXII

SONETO XXIII

SONETO XXIV

SONETO XXV

SONETO XXVI

SONETO XXVII

SONETO XXVIII

SONETO XXIX

SONETO XXX

SONETO XXXI

SONETO XXXII

SONETO XXXIII

SONETO XXXIV

SONETO XXXV

SONETO XXXVI

SONETO XXXVII

SONETO XXXVIII

SONETO XXXIX

SONETO XL

SONETO XLI

SONETO XLII

SONETO XLIII

SONETO XLIV

SONETO XLV

SONETO XLVI

SONETO XLVII

SONETO XLVIII

SONETO XLIX

SONETO L

SONETO LI

SONETO LII

SONETO LIII

SONETO LIV

SONETO LV

SONETO LVI

SONETO

SULPICIUS DE LUCANO

Thirsi, Pastor del más famoso río

Tierra, a quien nunca el sol muestra su cara

Triste de mí que parto, mas no parto

Un día la bella enamorada Diosa

Verde en cualquier sazón, siempre de flores

Ya cumpliste tu curso perezoso

Yace tendido en la desierta arena